Hoy quiero hablar sobre las guarrerías que se hacen muchas veces en las cocinas, a veces por desconocimiento o falta de información y otras veces por vagancia, pero que dan el mismo resultado: LA MUERTE.
Sí, cocinamos todos los días y, excepto que tengas una formación que va más allá de la escuela de cocina (lo siento por los profes, pero en esos sitios no se enseña prácticamente nada) lo hacemos alegremente sin pensar en que la Parca se frota las manos cada vez que nos ve haciendo ciertas cositas que a nosotros nos parecen de lo más inofensivo, pero que entrañan bastante peligro (vale, estoy exagerando un poco, ya que la mayor parte de las veces se queda la cosa en unas cagaleras y/o vomiteras, pero también te puedes ir para el otro barrio, que no se os olvide).
Pues de esas cositas os voy a hablar.
Las manos
Las manos son como el puto AVE para las bacterias porque con nuestras manitas transportamos rápidamente a esas hijas de puta de un lado a otro sin darnos cuenta. Y me diréis: “¿Entonces hay que usar guantes para cocinar?” Pues no, ostia, lo que hay que hacer es lavárselas; muchas veces; con jabón; y secarlas con papel en lugar de usar trapos, que son otro foco de contaminación. ¿Pero es que no aprendimos nada con el covid? Bueno, sí: a usar gel hidroalcohólico como si se fuese a acabar el mundo, cosa que tampoco se debe usar en la cocina porque sabe Dios qué lleva el gel ese que acabaría en la comida. Así que gel=kk.
El contaminante más común que transmitimos con las manos es la caca.
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Pero yo me lavo las manos después de hacer caca.
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Y luego tocas la toalla, el pomo de la puerta, el grifo, la cremallera del pantalón (que siempre te abrochas antes de lavarte las manitas), te rascas la cara…
Vamos, que si nos ponemos a mirar con un microscopio estamos siempre cubiertos de mierda. Así que hay que lavarse las manos antes de tocar nada en la cocina si no queremos un billete sólo de ida al patio de los callados y eso es lo que hay.
Los huevos
(Antes de nada, decir que el chistecito es demasiado fácil, así que os lo podéis ahorrar.) Los huevos son otro foco de bacterias de la ostia. ¿Y por qué? Pues porque las gallinas sólo tienen un agujero por el que expulsar cosas de su cuerpo, así que las heces y los huevos salen por el mismo lado. Así que como los huevos no se pueden lavar porque le quitamos la protección natural del huevo para con las bacterias (tranqui, no me enrollo con mierdas científicas), pues nos llegan a casa llenos de caca de gallina. (Creo que le voy a cambiar el nombre al post por “Caca: un monográfico”) En lo que estamos en lo mismo de antes: caca->manos->yalehemosliado.
Unas notas básicas sobre los huevos:
- NO SE LAVAN.
- No se meten en la nevera con el cartón.
- NO se separa la clara de la yema haciendo dos cacitos con la cáscara porque tiene caca. Es una guarrería. Os compráis en el chino un separador de yemas (Es como un colador pequeñito raro) y yastá. A unas malas, se casca el huevo con una mano y se echa en la otra que te has lavado previamente y no ha tocado huevo.
- Lávate las putas manos después de tocar los coj…huevos, después de tocar los huevos.
- A las tortillas de patatas se les echa el huevo justo antes de cuajarla, no tres horas antes para que empape la patata, inconscientes, que sois unos putos inconscientes.
La carne
Las carnes, y sobre todo el pollo (cómo no), tienen bacterias a punta de pala. Si algún día pisáis un matadero me entenderéis. Sin extenderme más porque no quiero provocar una revolución vegana ni de coña, decir que después de manipular la carne cruda hay que limpiar con lejía todas las superficies que haya tocado. Ni que decir tiene que cuando le aplicamos calor matamos prácticamente todos esos bichitos, por eso no estamos de cagaleras día sí, día también, así que podéis comer sin miedo mientras que esa carne no haya estado en el expositor de una feria medieval (no digo más).
Nuestros amigos la lejía y el jabón
La lejía y el jabón son nuestros mejores amigos para mantener una higiene decente en la cocina. Lo ideal es que la lejía sea tipo alimentaria, que no significa que se pueda beber, so borricos, sino que no contiene otros productos perjudiciales para la salud. Suelen ser las botellas amarillas. Pones un poco en un flusflus, unas gotas de lavavajillas y rellenas con agua. Con ese mejunge puedes espolvorear lo que quieras limpiar, le pasas una bayeta limpia y es mano de santo.
Con las bayetas es otra. Es lo más asqueroso con diferencia que te puedes encontrar en cualquier cocina. Restos de comida y roñas varias en un ambiente calentito y húmedo. Es como si le alquilas la suite presidencial del Hilton a las E.coli. Jodidamente asqueroso, así que las bayetitas, antes de cada uso: lejía, muy lejía y mucha lejía.
Y con esto termino. Si consigo que alguna persona se ahorre un dolor de barriga, o algún entierro, habrá merecido la pena escribir este post. Saludiñoooosss…